Lo que sigue es una de las 4 páginas que sobrevivieron. Cuatro miserables páginas de lo que antaño (2 años) fueran 63 capítulos (todos inconclusos), cuatro mediocres páginas de aquel que pretendía ser un libro, no para colorear como el que preparo ahora, sino para leer.
Lo que sigue es parte de su primer borrador... y así permanecerá; fue parte de una historia que ya no quiero contar.
Lo que sigue es parte de su primer borrador... y así permanecerá; fue parte de una historia que ya no quiero contar.
CAPÍTULO DOS. JUAN MANUEL
Decidió por fin abrir los ojos, lo hizo lenta e incompletamente, sólo lo necesario para comprobar que la luz del sol ya se aventuraba entre los roídos maderos que conformaban el cielo del gallinero, únicamente lo necesario para corroborar que su espalda descansaba sobre la tierra húmeda, para asesinar aquella humillante ilusión que lo despertaba cada mañana con la idea cruel de que los últimos cuatro años no habían sido mas que una jugarreta de su imaginación y sus temores, transformados en promesa de realidad durante el sueño; aquella idea -hoy no sabía ya distinguir si aliada o enemiga, si fuente de esperanza o de frustraciones- que lo atormentaba en reiteradas oportunidades durante el día y con mayor impetú cada amanecer; aquella ilusión que no era sino el fiel reflejo de su deseo, el anhelo que ante los demás no se permitiría jamás expresar: la necesidad imperiosa de tener una familia...
Con no más de ocho años a su haber, no sabía, no se permitía o tal vez simplemente no quería aceptar la clara diferencia entre la desgarradora, pero innegable experiencia y el dulce ensueño que le apretaba por instantes la garganta y que en momentos como el presente, palpablemente distante, le parecía también injustamente inalcanzable. Había creado un ensueño con imágenes a veces apenas perceptibles, volátiles y por lo general inconexas entre sí, imágenes cuyo origen le resultaba imposible diferenciar... qué soledad! qué impotencia! qué inmensa invalidez sentía cada vez que le permitía a su memoria indagar en aquellos espacios que normalmente mantenía vetados, cada vez que lo desgarraba la angustiante incertidumbre de no saber cuales de estas imágenes eran verdaderamente recuerdos de una primera infancia que a pesar de su corta edad hoy le parecía tan lejana; cuales eran fruto de su fértil imaginación o cuales -más cruel aún, tanto más doloroso- no eran más que portadas de revistas o avisos publicitarios que su subconciente había escogido para formar parte de una vida extemporánea que diera respuesta a su mayor interrogante: sí, alguna vez había sido amado.
Aunque antaño hubo momentos en los cuales hubiese preferido acriminarse contra la cursilería utópica que para él implicaba el cuadro de aquella familia, con padres, hermanos -tal vez un perro, un labrador- reunidos en una sala o sentados a la mesa; no tenía ya la fuerza necesaria para rebelarse contra ello, tal vez nunca la tuvo; después de todo, le debía la vida a la pequeña esperanza que dibujaba en él esta imagen, antes -en un lugar y un tiempo perdidos ya tras sus pasos- había abrazado la desesperanza, se había abandonado a si mismo bajo la lluvia y sobre un charco de lágrimas... pero eso fue antes, antes de conocer a los demás... hoy velaba por si y por ellos, por el pequeño Joaquín que yacía a pocos metros de distancia.
Había olvidado los rostros de sus padres? al igual que muchas otras, era una pregunta que temía responder, como una dieta del alma, prefería ignorarla cada vez que se presentaba, había decidido no buscar entre sus recuerdos una respuesta, había decidido que resignarse era a veces mejor que dar la batalla. Algunos días, sí, le parecía oír entre la algarabía de cientos de voces, ladridos, bocinas y música, la voz que en sueños le había otorgado a su madre, le leería algún cuento en las noches? lo recordaría ella con la misma fuerza con la que él se empecinaba en inventarla, en darle un nombre, una voz, una vida?
Decidió por fin abrir los ojos, lo hizo lenta e incompletamente, sólo lo necesario para comprobar que la luz del sol ya se aventuraba entre los roídos maderos que conformaban el cielo del gallinero, únicamente lo necesario para corroborar que su espalda descansaba sobre la tierra húmeda, para asesinar aquella humillante ilusión que lo despertaba cada mañana con la idea cruel de que los últimos cuatro años no habían sido mas que una jugarreta de su imaginación y sus temores, transformados en promesa de realidad durante el sueño; aquella idea -hoy no sabía ya distinguir si aliada o enemiga, si fuente de esperanza o de frustraciones- que lo atormentaba en reiteradas oportunidades durante el día y con mayor impetú cada amanecer; aquella ilusión que no era sino el fiel reflejo de su deseo, el anhelo que ante los demás no se permitiría jamás expresar: la necesidad imperiosa de tener una familia...
Con no más de ocho años a su haber, no sabía, no se permitía o tal vez simplemente no quería aceptar la clara diferencia entre la desgarradora, pero innegable experiencia y el dulce ensueño que le apretaba por instantes la garganta y que en momentos como el presente, palpablemente distante, le parecía también injustamente inalcanzable. Había creado un ensueño con imágenes a veces apenas perceptibles, volátiles y por lo general inconexas entre sí, imágenes cuyo origen le resultaba imposible diferenciar... qué soledad! qué impotencia! qué inmensa invalidez sentía cada vez que le permitía a su memoria indagar en aquellos espacios que normalmente mantenía vetados, cada vez que lo desgarraba la angustiante incertidumbre de no saber cuales de estas imágenes eran verdaderamente recuerdos de una primera infancia que a pesar de su corta edad hoy le parecía tan lejana; cuales eran fruto de su fértil imaginación o cuales -más cruel aún, tanto más doloroso- no eran más que portadas de revistas o avisos publicitarios que su subconciente había escogido para formar parte de una vida extemporánea que diera respuesta a su mayor interrogante: sí, alguna vez había sido amado.
Aunque antaño hubo momentos en los cuales hubiese preferido acriminarse contra la cursilería utópica que para él implicaba el cuadro de aquella familia, con padres, hermanos -tal vez un perro, un labrador- reunidos en una sala o sentados a la mesa; no tenía ya la fuerza necesaria para rebelarse contra ello, tal vez nunca la tuvo; después de todo, le debía la vida a la pequeña esperanza que dibujaba en él esta imagen, antes -en un lugar y un tiempo perdidos ya tras sus pasos- había abrazado la desesperanza, se había abandonado a si mismo bajo la lluvia y sobre un charco de lágrimas... pero eso fue antes, antes de conocer a los demás... hoy velaba por si y por ellos, por el pequeño Joaquín que yacía a pocos metros de distancia.
Había olvidado los rostros de sus padres? al igual que muchas otras, era una pregunta que temía responder, como una dieta del alma, prefería ignorarla cada vez que se presentaba, había decidido no buscar entre sus recuerdos una respuesta, había decidido que resignarse era a veces mejor que dar la batalla. Algunos días, sí, le parecía oír entre la algarabía de cientos de voces, ladridos, bocinas y música, la voz que en sueños le había otorgado a su madre, le leería algún cuento en las noches? lo recordaría ella con la misma fuerza con la que él se empecinaba en inventarla, en darle un nombre, una voz, una vida?
* No habrá publicación y por ende cagaron todos con la dedicatoria. Esto va para quien alguna vez lo consideró no-tan-malo y decidió guardarlo. Gracias!
líneas primas... el placer de escribir lo que nos da la gana
puta q soh como el hoyo... y yo q con la plata q iba a ganar haciendo ayudantía este año iba a comprar el libro... bueh, ahorraré pa la edición grande y bkn de el señor de los anillos... weon xD
jajaja, libro hay, algún día...
lo que no va son las historias que se perdieron hace unos años y de las cuales rescaté (la con rescató) sólo 4 páginas
un abrazo pollo!
ya tengo titulo para el mio de cuentos.
incluire 4 tuyos.
asi que elige, busca o reescribe los que quieras.
Lo siento! sólo eso me pasaste, sino podria haber rescatado más...viste eso te pasa por no mostrarme todos los capitulos, más encima me engañaste pq esa vez me dijiste q sólo tenias esos!!! me siento estafada