preludio para una despedida

La humanidad está enferma, en cierto punto de nuestra existencia comenzamos a escribir una historia que ineluctablemente tendrá un epílogo nada bienaventurado... a continuación -ocultas entre líneas cual mensaje profético- las razones del venidero fin de Líneas Primas.

Cuando el presente va mal y el futuro no ofrece mejorías, flagelo mi espíritu sintonizando programas cuyo nombre ignoro, en los que personas normales como tú, yo y hasta ella (sí, ella) mantienen extensas conversaciones en un dialecto neptuniano conocido como Euskera.

Cuando la vida se vuelve una absurda y monótona secuencia de predecibles y lóbregos sucesos, me auto-plagio cual Maná.

Cuando las cosas salen mal, me perdono, permito y apoyo en todo.

Altagracia -ese es su apellido- dice que tan solo los cobardes huyen de la adversidad. Si algo nos enseñaron los irlandeses -respondo- es que mas vale ser cobarde por un minuto que estar muerto para siempre. Altagracia guarda respetuoso silencio, pues se sabe derrotado.

Gazmuri me habla de la fe. Tal vez la fe sea la herramienta más poderosa de nuestra especie, sin embargo, puede también ser la expresión de un gran sentimiento de inferioridad que busca explicaciones aún complejas para nuestra pobre existencia. Gazmuri no calla, continúa su perorata y habla ahora del amor, pero ya no le presto atención.

Fierro jura sobre la biblia abierta en El Cantar de los Cantares que jamás le sería infiel a su novia. Jamás es una palabra demasiado grande para bocas jóvenes, torpes y testosterónicas como las nuestras, al menos eso creo. Fierro replica que "jamás" no es más que la conjunción de 2 sílabas. Esta vez quien calla soy yo.

Extraño a mi pato, mi primera mascota, para él todo lo que dije e hice estuvo bien; jamás criticó el que mi sueño fuese acarrear tierra en un balde rojo, nunca protestó por mis eternos soliloquios de preescolar ni por mis torpes cuidados.

Hoy veo tan claro lo que tengo que hacer -ayer lo soñé- voy a confundirme con el humo hasta desaparecer.

En palabras de Altagracia: "por hoy será hasta pronto, tal vez mañana escriba adiós, tal vez no, tal vez lo escriba el viernes"

Estoy cierto de haber alcanzado el nirvana, la liberación de la conciencia individual, aquello que se siente como el aroma de la madrugada que te golpea y se esconde en el viento. A continuación, para vosotros y como muestra de mi filantropía, la receta para alcanzar dicho estado de feliz iluminación: sonrían, brinquen en un pie y elevando las manos al cielo griten "paparapapiricoipi" tan fuerte como les sea posible, luego busquen entre el gentío a la mujer que aman y bésenla.

"una decisión, una consecuencia...
... y a decisiones hueonas, consecuencias pesadas"

pero así es la vida
no hay reglas
tampoco garantías

Líneas Primas... el placer de decir lo que nos da la gana

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