cosas de casa

En mi cuarto, 600 hojas descansan sobre mi escritorio, esperaban ser leídas, resumidas y aprendidas, esperaban digo, porque más tarde decidiría viajar a casa... historia nefasta que publicaré en un futuro próximo... en mi cuarto, el equipo reproducía un cd de "The Magic Numbers" que me relaja y en cierto grado enmascara la música horrible que escucha el gordo-gay del departamento 201; en mi cuarto pienso que así como van las cosas, lo mejor sería que haga las maletas y me marche a Groenlandia a vivir junto a lon indios PIMA, a cazar avestruces y hacerme tatuajes divertidos en la barriga...

Andrés, por su parte, se encontraba en la recámara contigua junto a su querida novia... me pregunto porqué la vida es tan injusta, por qué a él le dan una mujer y a mi un libro de Hematología, porqué él es rubio y yo no, porqué él mide 1.84 m. mientras que yo soy tan chiquito, porqué Ronaldinho no nació en Chile, porqué le cambiaron las voces a Los Simpsons, porqué Colo colo lleva más puntos que la U, porqué Pablo está en la Católica y yo no (eso lo sé, pero mejor no pensar mucho en aquello)... en fin... tanta injusticia me dio hambre y me dirigí a la cocina a buscar una ayuya y un vaso de jugo (no es porque no haya otra cosa, sino porque me gusta, aunque... bueno, tampoco había otra cosa).

Cuando pasaba por fuera de la habitación de Andrés, algo en mi despertó, la posibilidad de una maldad en progreso, uno de esos comentarios inocentes que pueden traer consecuencias nefastas, pero es precisamente esa incertidumbre lo que hace a estas estupideces más atractivas... golpeé la puerta...

- sí?
- puedo pasar?
- espera... te abro...

Adentro se escuchan algunos ruidos extraños que no quisiera juzgar, pero pareciera ser algo como un cierre... un cierre de jeans azul... abrí la puerta

- Andrés, solo quería avisarte que traje la crema que me encargaste, la dejé sobre la mesa...
- qué crema?
- esa crema para los hongos que me pediste ayer
- que hongos?!
- esos que digiste que tenías en los genitales...
- ah?!
- bueno, ahí te la dejo...

Cerré la puerta y mientras lo hacía, logré ver como la cara de Alicia, su novia, se desfiguraba y pasaba del blanco al rojo, del rojo al verde y del verde al marrón (que no sé que color es, pero siempre he creído que debe ser lindo)... me dirigí hacia la cocina, reí, saqué pan y regresé a escuchar "The Magic Numbers" y a jugar ese juego extraordinario en el cual matas a los Cariñositos...

Alicia terminó con Andrés, Andrés lloró y amenazó con tirarme una taza de té hirviendo en la cara, pero después nos tomamos juntos unos tragos... los amigos siempre quedan... las mujeres... depende de la mujer...


La historia que acaban de leer... mala pero fome... es lo que hay... más hocioso (a) tu por leerla que yo por escribirla... yo soy mejor!! jeje

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