acúsenme de plagio!

original de: Woody Allen / adaptación: yo!

Concepción - depto. - noche

Me encuentro recostado en la cama, terminando de leer “La Tercera”; es cerca de medianoche y hace algo de frío; de pronto, se oye un ruido, me siento y me acerco a mirar por la ventana…

yo: qué fue eso?

Trepando torpemente por la ventana, aparece una figura sombría y con capa, el intruso viste una capucha negra y ropa ajustada del mismo color. La capucha le cubre la cabeza, pero no la cara, que es de mediana edad y absolutamente blanca. Resopla sonoramente y luego, saltando por encima del marco de la ventana, se deja caer en la habitación.

LA MUERTE (porque de eso se trata): Dios santo! casi me rompo el cuello
yo (observando perplejo): quién es usted?
LA MUERTE: La Muerte
yo: quién?
LA MUERTE: La Muerte; escuche... puedo sentarme? casi me rompo el cuello. Estoy temblando como una hoja
yo: quién es usted?
LA MUERTE: La Muerte, no tendría un vaso de agua?
yo: La Muerte? qué quiere decir... La Muerte?
LA MUERTE: qué diablos le pasa? no ve mi traje negro y mi rostro blanco?
yo: sí
LA MUERTE: y le parece que puedo ser Pinocho?
yo: no
LA MUERTE: entonces soy La Muerte, ahora bien, podría darme un vaso de agua... o un agua tónica?
yo: si se trata de una broma...
LA MUERTE: qué clase de broma? calle San Martín 1321? 3er piso? a menos que me haya equivocado... dónde habré dejado el papel? - se revisa los bolsillos hasta que saca una tarjeta con una dirección. La verifica - no, todo en orden, dirección correcta, piso correcto
yo: qué quiere de mí?
LA MUERTE: que qué quiero? qué le parece que quiero?
yo: debe estar bromeando, me siento bien, soy joven… no quiero irme todavía
LA MUERTE: usted no quiere irse? por favor, no empecemos. No empeore las cosas, la ascensión me ha mareado
yo: qué ascensión?
LA MUERTE: subí por la tubería del desagüe, quería hacer una entrada dramática, vi la ventana abierta y pensé que usted estaría despierto, imaginé que sería divertido subir y entrar así, por las buenas, ya sabe... pero me enganché el pantalón en una enredadera, se rompió la tubería y quedé colgando… después se me rasgó la capa. Mire, mejor vamonos de una vez, ha sido una noche te­rrible
yo: así que, además, rompió la tubería del desagüe?
LA MUERTE: roto-roto, no, sólo un poco torcido; no oyó nada? me pegué un porrazo en el suelo
yo: estaba leyendo
LA MUERTE: entonces debía estar muy concentrado - hojea el periódico - «Colegialas sorprendidas en una orgía de marihuana.» me lo presta?
yo: aún no he terminado
LA MUERTE: bueno... no sé cómo decírselo, amigo, pero...
yo: por qué no tocó el timbre abajo?
LA MUERTE: y qué estoy tratando de explicarle? podría haberlo hecho, pero qué impresión le habría causado? así resulta más dramático… ha leído “Fausto”?
yo: qué?
LA MUERTE: qué habría ocurrido si hubiera estado acompañado? estaría sentado, ahí, con gente importante y llego yo, La Muerte; qué le parece mejor? que toque el timbre o que aparezca de pronto? en qué está pensando, hombre?
yo: escuche, señor, es muy tarde
LA MUERTE: tiene razón, bueno, vamos?
yo: adonde?
LA MUERTE: al más allá, al viaje sin retorno, el limbo, usted sabe… - se mira la rodilla - sabe? es una herida bastante profunda; mi primer trabajo y puede que coja una gangrena
yo: espere un minuto, necesito tiempo, no estoy listo para ir
LA MUERTE: lo lamento mucho, pero no puedo hacer nada por usted. Me gustaría, pero ha llegado la hora; quiere venir conmigo ahora?
yo: perdone, pero no puedo creer que sea usted La Muerte
LA MUERTE: por qué? qué esperaba... a Brad Pitt como en “Meet Joe Black”?
yo: no, no se trata de eso
LA MUERTE: siento mucho haberle desilusionado, pero, oiga usted...
yo: no se enfade, no sé; siempre pensé que usted sería... eh... un poco más alto
LA MUERTE: mido 1,65. Es normal para mi peso
yo: déme un poco de tiempo, un día más
LA MUERTE: no puedo, qué quiere que le diga?
yo: un día más, solo 24 horas
LA MUERTE: para qué las necesita? en la radio dijeron que mañana llo­vería
yo: no podríamos llegar a algún acuerdo?
LA MUERTE: como cuál?
yo: juega ajedrez?
LA MUERTE: no
yo: una vez vi una foto suya jugando al ajedrez
LA MUERTE: no podía ser yo porque no juego ajedrez. Carioca, quizás
yo: juega carioca?
LA MUERTE: que si juego carioca? juega Ronaldinho al fútbol?
yo: le diré lo que haremos…
LA MUERTE: no quiera llegar a ningún acuerdo conmigo
yo: le reto a un juego de carioca. Si usted gana, me voy enseguida. Si gano yo, me da un poco más de tiempo... un día más
LA MUERTE: quién tiene tiempo para jugar carioca? aunque me gustaría hacer una partidita...
yo: vamos, pórtese como un caballero, jugamos media hora…
LA MUERTE: en realidad, no debería... de acuerdo, juguemos un poco, tal vez me relaje
yo: aquí mismo tengo las cartas - tomando las cartas y una hoja para anotar - no se arrepentirá...
LA MUERTE: no me distraiga; vamos a las cartas, déme un agua tónica y algo de picar; vaya! aparece un desconocido en su casa y usted no tiene ni papas fritas para ofrecerle
yo: en la cocina hay galletas en un plato
LA MUERTE: galletas? y si viene el presidente, qué? también le daría galletas?
yo: usted no es el presidente
LA MUERTE: dé las cartas
yo: quiere apostar $500 para hacerlo más in­teresante?
LA MUERTE: no le parece aún lo suficientemente interesante para usted?
yo: juego mejor si hay dinero de por medio
LA MUERTE: lo que usted diga, Salvador
yo: Santiago! no sabe mi nombre?
LA MUERTE: Salvador, Santiago... tengo tanta jaqueca!
yo: quiere ese cinco?
LA MUERTE: no
yo: entonces recoja
LA MUERTE - mirando sus cartas mientras recoge -: Dios santo, no conseguí nada
yo: a qué se parece?
LA MUERTE: a qué se parece qué!
yo: La Muerte
LA MUERTE: cómo tendría que ser?... 2 tríos cierto?
yo: hay algo después?... sí, 2 tríos…
LA MUERTE: aaahhh, se está guardando los cuatro...
yo: le estoy preguntando, hay algo después?
LA MUERTE: ya verá… descarte
yo: no puede contarme nada?
LA MUERTE: estoy jugando a las cartas
yo: pues bien, juegue… y no mire el mazo!!
LA MUERTE: no estoy mirando, lo estoy poniendo recto
yo: no puede decirme nada? adonde vamos?
LA MUERTE: nosotros? para decirle la verdad, usted tropezará en un montón de peluches en el suelo y se caerá
yo: peluches? yo ni siquiera tengo peluches!

La Muerte: no se fije en tonterías, tropezará y caerá al suelo
yo: ohh! me va a doler?
LA MUERTE: un par de segundos… qué tal estos 2 tríos?
yo: descarta y termina?
LA MUERTE: aún no…
yo: pues yo sí
LA MUERTE: está bromeando
yo: no, usted pierde
La MUERTE: ¡Dios santo! y pensar que creía estar guardando los seis… qué sigue ahora? un trío y una escala, cierto?
yo: cierto, su turno… – La Muerte da las cartas – así que debo caerme al suelo, eh? no puedo estar de pie encima del sofá cuando suceda?
LA MUERTE: no; juegue
yo: por qué no?
LA MUERTE: porque todo el mundo se cae al suelo! déjeme en paz; estoy tratando de concentrarme
yo: por qué tiene que ser al suelo? es lo único que digo! por qué demonios no puedo estar al lado de un sofá cuando su­ceda?
LA MUERTE: haré lo que pueda; quiere jugar, sí o no?
yo: de eso estoy hablando, usted me recuerda a Tassara… tozudo como una mula
LA MUERTE: que le recuerdo a quien? soy una de las figuras más terroríficas que pueda imaginarse y al señor le recuerdo a Tassara! quién es ese? un siciliano mafioso?
yo: ya le gustaría ser mafioso, estudia odontología… y fabrica lámparas con tubos de PVC… un trío, una escala, descarto y gané
LA MUERTE: qué?
yo: gané
LA MUERTE: si no hablara tanto!
- Vuelven a darse las cartas y continúa el juego -
yo: qué quiso decir cuando dijo que era su primer trabajo?
LA MUERTE: qué le parece?
yo: quería decirme acaso... que antes de mí no ha muerto nadie?
LA MUERTE: por supuesto que sí, pero no los llevé yo...
yo: entonces, quién lo hizo?
LA MUERTE: Los Otros
yo: hay otros?
LA MUERTE: claro, cada uno tiene su forma personal de irse
yo: no lo sabía
LA MUERTE: por qué habría de saberlo? quién se cree que es al fin y al cabo?
yo: qué pretende decir con eso de quién me creo que soy? acaso soy un Don Nadie?
LA MUERTE: Nadie no; pero estudia medicina; de dónde va a sacar un conocimiento de los misterios eternos?
yo: de qué está hablando? qué piensa que soy? un tipo corriente?
LA MUERTE: está bien, no sea tan quisquilloso; yo también podría enfadarme porque me ha in­sultado
yo: quién le ha insultado?
LA MUERTE: no dijo que lo había desilusionado? me dijo enano!!
yo: dije que lo imaginaba distinto, nada más…
LA MUERTE: OK, está bien, corte, corte
- Continúa el juego, pasa el tiempo y termina la partida -
yo: sesenta y ocho... ciento cincuenta puntos... bueno, ha perdido
LA MUERTE - mirando, abatido, los naipes -: sabía que no debía haber tirado ese nueve; ¡Mierda!
yo: entonces, le veo mañana
LA MUERTE: qué significa eso de que me ve mañana?
yo: me gané un día extra; ahora déjeme
LA MUERTE: habla en serio?
yo: un trato es un trato
LA MUERTE: sí, pero...
yo: no me venga con «peros», le gané las veinticuatro horas, vuelva mañana
LA MUERTE: no sabía que jugábamos por tiempo
yo: lo siento mucho, tendría que prestar más atención
LA MUERTE: y ahora qué voy a hacer durante 24 horas?
yo: a mi, qué me importa? el asunto es que le gané un día extra
LA MUERTE: qué quiere que haga... que camine por las calles?
yo: métase a un mall, vaya al cine, tome una cerveza… no haga de eso un asunto de Estado!
LA MUERTE: a lo mejor se ha equivocado al contar
yo: no sólo no me he equivocado, sino que me debe, además, cinco mil pesos
LA MUERTE: qué?
yo: así es, amigo. Aquí está, léalo
LA MUERTE - revisándose los bolsillos -: tengo sólo unas cuantas monedas, pero no $5000
yo: le acepto un cheque.
LA MUERTE: un cheque? en qué cuenta?
yo: si todos fueran como usted!
LA MUERTE: ponga una demanda, haga lo que quiera; cómo voy a tener yo una cuenta corriente?
yo: muy bien, muy bien. Déme lo que tenga y quedamos en paz
LA MUERTE: escuche, necesito este dinero
yo: por qué va a necesitar dinero La Muerte?
LA MUERTE: no haga bromitas. Está a punto de ir al Más Allá
yo: y qué?
LA MUERTE: cómo que y qué? sabe lo lejos que está?
yo: y?
LA MUERTE: y la gasolina? y el peaje?
yo: conque vamos en coche?
LA MUERTE: ya verá… mire, vuelvo mañana y me da otra oportunidad para recuperar mi dinero, eh?
yo: como quiera, es muy posible que gane una semana extra o un mes… quizás un año...
LA MUERTE: mientras tanto, me he quedado sin un centavo
yo - arrastrándolo hacia la puerta -: hasta mañana!
LA MUERTE: dónde hay un buen hotel? qué hablo de hoteles si no tengo un céntimo? iré a sentarme en una confitería - recoge “La Tercera” -
yo: eh, deje eso, es mi diario
LA MUERTE - yéndose -: y pensar que pude agarrarlo y llevármelo sin problemas!
yo: tenga cuidado al bajar, don Gabriel enceró hoy por la tarde!

Al instante, se oye un gran estruendo y el sonido de alguien que cae. Yo suspiro y me recuesto, sin saber si alguien me ha hecho una broma o qué... pero jugué carioca con La Muerte... y La Muerte no es más que un pobre tipo...

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