la vida es un balancín


Se descubrió conciente y feliz, había sido una noche agradable la anterior. Descansado y entusiasta dio la bienvenida a los rayos de sol que franqueaban sus cortinas. Una ducha y un buen desayuno. Apreciando un sobrecogedor amanecer, de pie junto a la ventana, probó su café de grano y agradeció la familia, la novia y los amigos perfectos. Tenía una vida plena, su historia era en si misma una experiencia ideal. El día era precioso, la temperatura inmejorable. Decidió dar un paseo, después iría al cine o a algún café en compañía de un buen libro. Era un domingo 16 de mayo y esa misma mañana de ensueño un camión volvo atropelló y dio muerte a José, su mejor amigo; en cuestión de instantes los planes, el día… la vida entera se le fue a la mierda.

Así funciona, a veces estás en la cima, diriges, decides, desechas... segundos después eres dirigido y desechado... apesta. Sin embargo, te confortas, lo que sea que llegue lo recibes, enfrentas y gozas; porque hace 17 años, entregado inútilmente a la tarea de montar bicicleta, alguien dijo que lo importante no era evitar la caída, sino tener la valentía suficiente para secarse las lágrimas, limpiarse las rodillas y volver a intentarlo. Los porrazos duelen, decía el maestro Femín, pero más duele descubrir, ya viejo y sin pasión, que nunca tuvimos un porrazo que valiera la pena contar. Anoche murió un bombero y lo fueron a enterrar, con 5 marineros y un sólo capitán… aserrín, aserrán, los maderos de San Juan.

El maestro Fermín era carpintero, albañil y cocainómano. Tenía una oreja más grande y el ombligo siempre desaseado. Delinquió cada vez que le dio la gana, a vista y paciencia de todo el pueblo sancarlino. Hace 12 años ganó la lotería y hoy además, es millonario y convive con una conocida actriz de televisión… sí, esa misma en que están pensando.

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