Acaba de terminar el tercer camporock, probablemente el último de la temporada, al menos para mi lo fue... estuvo bueno, aunque tal vez (y solo tal vez), en palabras de Javier: "fue un poquito mucho"; es cierto, llegó un momento, a eso de las 4:30 am, en el cual no conocía ni a la mitad de las sesenta y cuatro personas que llegaron; mucho menos conocía a las ocho vacas que aparecieron cuando los niños de La Saint Charles terminaban de cantar “Aquella del otro día”… eso sí, si hablamos de extralimitarse, nada superará aquella noche en San Fabián…
Recuerdo haber descubierto a un hombre anónimo abandonado en la pesebrera, recuerdo también que Matías sugirió borrarle la cara a patadas, agraciadamente logramos disuadirlo y tan solo se limitó a bailar un trotecito chilote en la barriga del hombre aquel. Recuerdo haber sido llevado en andas por Jorge, Matías y Pita, recuerdo ir sobre los hombros de Jorge y que repentinamente éste comenzara a retroceder mientras decía “apuesto a que si caes te matas”… recuerdo que el buen Jorge tropezó y yo desperté con la cabeza en el suelo y los pies sobre el capot de una camioneta blanca. Recuerdo a Pedro Soto y compañía llegando luego de 3 horas de vagar por los cerros aledaños (Buli y sus proximidades). Recuerdo a Sharky limpiando afanosamente su polerón ( el cual nunca estuvo sucio). Recuerdo a un grupo de mujeres enceguecidas acariciando a mi primo… y a Pita durmiendo como guagua. Recuerdo llevar 2 horas conversando con un hombre e interrumpirlo diciendo "disculpa, tú como te llamas?". Recuerdo haber visto a Jorge joteando a la melliza de blanco... y al diablo levitando sobre el camino (eso fue horrible!). Recuerdo música alegre, algunas cervezas, un par de piscolas, un par de cigarros y otras cosas que no quisiera recordar... como eso que pasó en el cuarto junto al lavalozas...
Ahora, algo que pasó cuando, ya de regreso en Saint Charles Town, nos dirigimos a comer algo antes de volver a casa:
Sábado - 7:30 am - taxi particular - quinta vuelta por el centro de San Carlos
- oye Javier y adonde vamos?
- a comer completos o sopaipillas
- oye, parece que pita se murió...
- déjalo, así duerme este wn
- pero va sangrando!
- déjalo te dicen!!
- oka
- adonde vamos? dime donde tengo que doblar
- vámonos a la segura, vamos a las “sopaipillas con chuchá”
- jajaja donde? por qué se llama así?
- creo que la vieja que atiende es medio enojona, yo nunca he entrado, siempre me quedo en el auto... dobla en la esquina…
Metimos a Pita en un saco y lo pasamos a tirar a un canal, después de eso nos dirigimos a la “feria libre”, dejamos a Sharky en el auto y entramos a un sucucho de color celeste; el lugar era feíto, sucio y chico, olía a aceite quemado (aceite de motor, shell helix plus) y tras el mesón, una vieja enorme, negra, gorda y musculosa (mezcla de “Katherine Orellana” de Rojo y “Doña Treme” de Condorito), secaba unas cañas mientras comía caldillo de mariscos.
- hola, buenos días…
- hola, que quieren?
- eh… tiene sopaipillas?
- van tener que esperar un rato eso si, porque hay que freírlas
- si, no se preocupe, nosotros esperamos
- cuantas van a querer?
- once... completos no tiene?
- no poh, ya les dije que había sopaipillas, esa wea preguntaron primero, pa´ qué andan preguntando weas si después van a preguntar otra mierd*? son weones?
- no, disculpe, con las sopaipillas está bien…
Mientras la mujer se dedica a freír las sopaipillas, nosotros tomamos asiento en una mesita propicia: bastante sucia y con una fuente de greda que contenía una mezcla de dudosa procedencia… tal vez era corazón de misionero joven… o hígado de paje de matrimonio…
- estoy muerto de sueño
- que dijo? mira wn, a mi no me gustan los weones cínicos, si tiene algo que decir dígamelo a la cara pedazo de mierd*!
- dije que tenía sueño
- quien lo manda a andar weviando pues… una wea que yo no tolero es esa wea de hablar por la espalda como los maricones
- si poh, sobra ese tipo de gente, pero nosotros no, somos cabros buenos…
- ya, acá tiene la docena de sopaipillas… y acá hay ají si quieren
- gracias
- ouch, están calientes
- si, me quemé todo lo que es lengua y ojo
- ¿?
- que tal el ají?
- no sé, no me tinca mucho
- no habrá mostaza? por qué no preguntas?
- y tú eres tonto? pregunta tú…
- disculpe, mostaza no tiene?
- y pa´ que mierd* quiere mosataza! para eso se les pone ají para acompañar las cagas de sopaipillas… mostaza querían los weones
- es que el ají está picante…
- porque es ají para hombres pues, no pa´ maricones, si quieren comer otra wea, pa´ que mierd* vienen a comer a un lugar de hombres? bien bonita la wea...
- jeje, está bien... gracias...
Para ese momento ya comíamos cabeza gancha, calladitos, mirando el piso como niñitos huérfanos… sumisos y piojentos… incluso me atrevería a afirmar que teníamos miedo… y que Coloma derramó un par de lágrimas…
- ya muchachos, coman rápido no más, no se rían y por favor vámonos luego…
- ok, comámonos éstas y llevémosle el resto a los que quedaron fermentando en el auto
- listo señora, $1200 cierto?
- deme $1000
- ok, como estuvieron las ventas anoche?
- mira wn! yo no tengo que andar dándole explicaciones a ningún cabro culia´o, pa´ qué andas preguntando weas? les pregunto yo acaso adonde andaban weveando ustedes?
- no… pero le contamos igual, andábamos en un campo, weveando con harta gente, demasiada quizás… estuvo simpático si...
- ya, acá está su vuelto
- gracias… estuvo buena la noche si?
- como la mierd* estuvo!!
Salimos rápidamente y nos dirigimos al taxi donde yacían nuestros camaradas; recuerdo que alguien río; recuerdo que alguien preguntó “tienes ahora alguna duda de porqué le llaman sopaipillas con chuchá?”
¡Hola, mundo!
Hace 1 año.